La flora microbiana de la piel consta de microorganismos transitorios y residentes. La flora transitoria es fácil de eliminar mediante un lavado de manos rutinario, porque coloniza las capas superficiales de la piel. Estos organismos a menudo se asocian con las infecciones de los sanitarios, que pueden adquirirse tocando una superficie contaminada o mediante el contacto directo con los pacientes. La flora residente se adhiere a las capas más profundas de la piel y es más resistente a la eliminación y menos probable de asociarse con dichas infecciones.